"El Infierno es vivir cada día sin saber la razón de tu existencia." - Sin City

viernes, 28 de diciembre de 2012

Dulce Espera

Hoy se gesta en la cabeza de Eduardo, la idea de su próximo libro. Miguel lleva 9 meses trabajando en esa pintura. Alfredo cuida con excesivo cariño su última escultura. Ana sueña cada noche con como serán sus planos cuando sean edificio. Augusto escucha atentamente lo que le dice su amada partitura. Ivana baila con su próxima coreografía hasta que ambas se sienten seguras. Sergio duerme junto a su película mientras se termina de editar. A Aldana no se le pasan los nervios hasta que su foto sale del cuarto de revelado. Axel y Lucia están a punto de conocerse y dar a luz una gran historieta. Cada artista es padre de sus obras desde que nacen hasta que este muere. Y más también.

martes, 25 de diciembre de 2012

Tipo No Tan Duro


Fernando es un tipo duro. Grandes rasgos. De buen cuerpo pero poca estatura. Semblante siempre serio. Varias cicatrices por el cuerpo. De batallas perdidas y ganadas. Tanto de la guerra como de la vida. De rodillas gastadas de caerse y levantarse. Manos ásperas de trabajar duro hasta el dolor. Mirada fría de haber visto cosas que solo su boca puede contar, aun sin poder expresarlas en su totalidad. Pecho firme de haberse parado frente a frente contra la adversidad y la muerte. Arrugas y canas de tantos años de aprender. Fernando es un tipo duro, de esos que te dan miedo mirar y que no queres hacer enojar. Pero hoy no lo parece. Sus rasgos se contraen. Su cuerpo se achica y parece mas bajo. Su semblante se ablanda. Las cicatrices no valen nada. Las rodillas le tiemblan. Las manos no pueden cubrirle la cara. La mirada se le nubla por las lágrimas. La boca no puede emitir sonido. El pecho le aprieta el alma. Las arrugas y las canas no cambian su aspecto temporal de niño. La muerte se llevó a su ser mas preciado y no hay nadie tan duro como para soportar semejante dolor.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Cadenas


Mariano esta encadenado. Su madre vive para la casa. Trabaja duro todo el día y vuelve agotada. Prepara la comida y hace los “quehaceres domésticos”. Su marido murió hace años. Nunca hubo otro hombre. Ella no sale con amigas. Solo deja la casa para ir a trabajar o a comprar. No esta triste, pero hace años que no la ve feliz.

Rita esta encadenada. Su hijo vive con ella. Él se pasa el día estudiando y vive cansado. La ayuda con las tareas duras de la casa. Su padre murió hace años. Nunca trajo una novia a casa. No sale con amigos. Solo sale de la casa para cursar y ayudarla con las compras. No lo ve triste, pero hace rato que no lo ve feliz.

martes, 11 de diciembre de 2012

No Quiero Volver A Oz


La fiebre la vuelve a atacar
Toto ya no esta
Delira y vuelve al mismo lugar
La nueva bruja se llama Realidad

Dorothy sigue el camino amarillo
Por donde salen los duendes cansados
De sus fábricas y oficinas
Parecen torturados

Los monos alados
Custodian las calles
Y a cambio de caramelos
Velan por tu seguridad

El Espantapájaros
Demasiado inteligente
Conoció cada uno
De los males del mundo

Ya no esta
Parado en un trigal
Cuelga de una cuerda
En la biblioteca central

El valiente León
Se enfrentó a la adversidad
Las mentiras y la injusticia
Y ahora es símbolo de deslealtad

El Hombre de Hojalata
Supo del amor del corazón
Y se oxidó en las lágrimas
De la tristeza y la desilusión

El Mago de Oz
Enfrenta hace 20 años
El mismo juicio
Por negligencia y corrupción

La malvada bruja
Fue revivida
Y 5 veces reelecta
Antes de pasar el mando

Su hija Realidad
Sigue sus pasos
Arrasando poco a poco
Con la imaginaria continuidad

Menos mal
Que Toto ya no esta
Lo vacunarían
Contra la libertad

Y Dorothy que pensaba
“No hay lugar como el hogar”
Ya no sabe cual de los dos
Es peor lugar

lunes, 10 de diciembre de 2012

Nuestro Héroe Vencido

Dicen que los chicos dicen la verdad. Capaz no sea tan errado. ¿Cuántos grandes actuando como chicos vemos al día? Tratando de escapar de las garras del crecimiento. Peleando por que no les quiten sus sueños ni derriben sus universos de ilusiones. ¿Cuántos adolescentes amargados nos cruzamos cada día? Frustrados por la simple realidad de saber que ya no puede volar. ¿Acaso no extrañamos el volver a jugar con ese amiguito con el que peleamos minutos atrás? ¿Correr sin miedo? ¿Volar con la imaginación y con el corazón? ¿No extrañamos rescatar a la princesa? ¿Pelear contra el dragón? ¿Correr y gritar por la vereda, rodeados de gente y sin un ápice de vergüenza de mostrar nuestra imaginaria felicidad? No. No lo extrañamos. Estamos muy ocupados con nuestras preocupaciones.  Nuestros sueldos y presupuestos. Cayéndoles bien a quienes nos convienen. Volviendo a hablar con ese con quien nos peleamos hace minutos, pero no por que queremos, sino porque no nos queda otra opción. Apagamos la imaginación, no rinde frutos. Adiestramos el corazón. Y enterramos a ese niño que una vez soñó. Nosotros somos el dragón que secuestró a la princesa y se comió al pequeño caballero. Y nos condenamos a esta cárcel de pesadilla.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Barajando La Crisis


Ahora es un 10 de espadas. En la próxima partida será un 2 de copas. Luego será rodeado por una banda de 7s. Más tarde se encontrara ascendiendo por una escalera de oros. Y mientras barajan el mazo, de un lado a otro, de arriba abajo, se pregunta quien es. Porque como comodín, no tiene personalidad fija. Puede ser una carta alta un día, y al otro, ser la carta mas baja. Puede salvar la partida, o restar 50 puntos por no estar en buenas compañías. Y nunca depende de él. Ni la felicidad cuando es la carta más esperada. Ni la angustia cuando es la menos deseada. El comodín vive en crisis entre partida y partida. Mientras todas las demás se divierten bien definidas por sus números y sus “palos”.

martes, 4 de diciembre de 2012

Buscando



Vas buscando una mujer por la vida, sin saber como es ni quien. Pero la buscas igual, sin siquiera saber porque. Vas encontrando mujeres por la vida. Vas aprendiendo como y quienes son, pero no son “Ella”. Estas seguro y no sabes porque. Seguís buscando, con el corazón roto y, a veces, desganado. Seguís descartando mujeres, pensando en aquella mujer buscada. ¿Quién será? ¿Cómo será? ¿Por qué no aparece? ¿Dónde estará? ¿Existirá? Seguís tu rumbo, sin buscar, pero con la esperanza de encontrar. Y así la vida sigue, hasta que ella te encuentra. Viene de buscar un hombre por la vida, sin saber como es ni quien. Pero lo buscó igual, sin saber porque. Y fue encontrando hombres por la vida, aprendiendo quienes eran y como. Pero no eran Vos. Estaba segura y no sabía porque. Y siguió buscando, con el corazón roto y, a veces, desganada. Descartando hombres, preguntándose ¿Quién serias? ¿Cómo? ¿Por qué no aparecías? ¿Dónde estarías? Y si existías. Siguió su rumbo, buscando, pero sin la esperanza de encontrar. Siguió su vida, hasta que te encontró. Hay un momento en la vida de los dos, algo mágico, que les dice “es esa persona”. En ese instante mágico, la vida les muestra el futuro junto a esa persona y entienden quien es el otro y porque se buscaban. Ella va a curar tus heridas, y vos las suyas. Ella va a estar para vos, y vos para ella. Ella será la razón de haber vivido, vivir y seguir viviendo, y vos la de ella. Y cuando entienden eso, nada es más mágico, nada tiene tanta importancia. Solo ella. Solo vos. Solo los dos. Solo hay un alma gemela para cada uno de nosotros.

viernes, 23 de noviembre de 2012

El Monigote Renegado


Ricardo es un gran actor. Su vitrina de premios lo confirma. Junto con los récords de taquilla de sus Films más memorables. Ya sea por sus exageradas gesticulaciones en “Las locuras de mamá”, las improvisaciones de “Dr. Carcajadas” o los absurdos de “Millonario aburrido se emborracha”. Pero lleva meses rechazando guiones. Él siente que ya cumplió una etapa. Y cuando las deudas están por empezar a volverse impagables y cree que va a tener que aceptar el primer guión que le acerquen con un titulo parecido a “X PERSONAJE se volvió loco 2”, sucede lo inesperado esperado. Un gran guión, de un nuevo director, un drama revolucionario con ideas innovadoras, de alguien que busca llevar a un actor de perfil cómico hasta el éxtasis mismo de la actuación dramática. El contrato no es de los más jugosos que firmó en su vida, pero Ricardo no duda un segundo. La película se filma con la precisión al detalle. La campaña publicitaria es increíble. Cuando se estrena, la critica (previamente ansiosa de verla) la aclama. Pero solo la critica. El público corre la voz y antes de arriesgarse a ver una película dramática de su actor cómico favorito prefieren no asistir a la innovación. Todos saben de antemano que Ricardo no hará piruetas graciosas, ni chistes ni gesticulaciones. Saben que la película emociona y extrae lágrimas. Todo el público lo sabe y ellos solo pretenden de Ricardo que les extraiga risas. Eso y nada más. El público no quiere novedad. Y así, la mejor película de Ricardo se convierte en fracaso de taquilla y en el final de su carrera, retirado al olvido por no querer ser más el monigote de la masa.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

La Gran Frustración


Luciano, de chico quería ser doctor. Hoy es un prestigioso cirujano. Gabriela quería cocinar como su madre. Ahora lleva adelante su propia empresa de catering. A Andrés le encantaban los aviones. Mañana da su último examen para convertirse en piloto autorizado de las fuerzas aéreas. Jonathan se levanta cada día sin una sonrisa en su rostro. Cumple su rutina a rajatabla sin una queja. De casa al trabajo y del trabajo a casa. No es que odie el estudio de televisión donde cumple su rol de guardia de seguridad cerca de las grandes estrellas. Bah, no es que lo odie en particular. Jonathan odia todo. Desde el primer segundo de cada mañana hasta las grandes verdades del mundo. No tiene la vida que anhelaba y nunca la tendrá. Jonathan no es pesimista. Es un realista. No existen los cuentos de hadas. El amor es una ilusión pasajera. La felicidad es un estado de ánimo mentiroso y anestésico. La solidaridad es un gran método de campaña política. Y los buenos samaritanos, la mayor de las leyendas. No hay ni un día soleado para él. Y los días nublados solo confirman sus teorías. Jonathan no es un resentido de la vida. Solo está frustrado. Nunca va a cumplir su gran sueño. Alguien le advirtió a temprana edad que los superhéroes no existen en esta realidad y, por ende, que él nunca lo será.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Libertad


Bruno tiene 6 años. Se destaca entre sus compañeritos por varias cosas. Sus lentes, sus camisas bajo el guardapolvo, y que siempre es el primero en levantar la mano. La tarea siempre hecha y estudiada. Tomas, en cambio, es diferente. No destaca, salvo por su tamaño, mayor que el de los demás chicos. Y sus notas, las más bajas de la clase. Pero también sabe como no llamar la atención cuando lo necesita. Como cuando acosa con golpes y amenazas a Bruno durante los recreos sin que las autoridades docentes lo atrapen. Día a día, Bruno sufre este asedio. Todos los días recibe “pelotazos” o se “cae jugando a la mancha” como le dice a sus padres cuando le preguntan por sus marcas. Bruno sabe que si acusa a Tomas, la cosa se va a poner más fea.

A Bruno le encanta ir al colegio, o así era hasta que los acosos se volvieron insoportables. Hoy es el último examen del año. Capaz el ultimo en ese colegio. Hay una pequeña posibilidad de mudarse. Y una posibilidad igual de que lo cambien de colegio. Bruno obtiene otro 10 en su colección. La colección de aplazos de Tomas necesita hacerle espacio al nuevo integrante. No hay tiempo ni espacio en los recreos para una golpiza. Por suerte para Bruno, todos los profesores, y hasta el director, están charlando en el patio. Pero nota a Tomas y sus amigos planeando algo en secreto.

Cuando toca el timbre final, el estar en primera fila le da a Bruno la ventaja para escapar del instituto mucho antes de que Tomas y sus amigos, sentados al fondo, salgan. Por poco se salva. Tomas lo intercepta una cuadra antes de llegar a su casa, seguido por sus amigos y los demás compañeritos. El chisme de una pelea callejera es rápido y nadie se resiste. Bruno termina en el suelo. Tomas encima suyo. 

“¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”

Gritan a su alrededor, en una ronda perfecta. Bruno recibe los golpes llorando.

“¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”

Tomas descarga su ira y envidia en cada puño.

“¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”.

Bruno aprieta los dientes y se cubre la cara. Solo siente el dolor y a la multitud gritando:

“¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”

“¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”

“¡Pelea!”

Un golpe.

“¡Pelea!”

Otro más.

“¡Pelea!”

Dolor.

“¡Pelea!”

Un poco más.

“¡Pelea!”

Más dolor.

“¡Pelea!”

Con suerte no verá más a Tomas.

“¡Pelea!”

Solo otro poco más.

“¡Pelea!”

 NUNCA MÁS.

En un acto inesperado, Bruno acierta un golpe en la cara desprevenida de Tomas.

“¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”.

Golpe tras golpe, Bruno se levanta y va ganando posición.

“¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!”

Ya no es un anuncio del combate, es una orden externa e interna.
“¡Peleá! ¡Peleá! ¡Peleá!”

Suena dentro suyo. Bruno pelea como nunca. Y no lo sabe, pero cambia su historia. Una semana más adelante se mudará, pero no cambiará de colegio. Y al año siguiente seguirá cursando con Tomas, pero nunca más lo acosará. Bruno es libre a partir de hoy.

lunes, 22 de octubre de 2012

Recuerdos en los rostros


Es curioso como Camila ve a la gente. Mas que nada, como los reconoce al saludarlos. Son conjuntos de recuerdos que llegan a su cabeza al ver sus caras. Y así, Daniel es: aquella primera persona que la saludó en los primeros días de la facultad; las reuniones de estudios y trabajos prácticos; los festejos o insultos post-examen; las risas en los intervalos. Mariana se fue convirtiendo en: ese “hola ¿querés ser mi amiga?” de hace 20 años en la vereda de la casa; los cines de los fines de semanas; las vacaciones junto a alguna de sus familias; las borracheras post-rupturas; los abrazos interminables después de un largo tiempo sin verse. Mercedes apenas es: esas señas detrás de los ridículos regaños del jefe;  los almuerzos delirantes dentro de la estructurada rutina; los comentarios sarcásticos por lo bajo. Y Alejandro… Alejandro es: ese amigo que ya no lo es; aquel primer beso entre tímido y robado; ese que se queda dormido preparándole mates a la madrugada mientras ella estudia para el examen; las noches de lujuria; las cenas románticas; los grandes gestos; los pequeños detalles; esos abrazos sin razón; y los besos que la toman desprevenida. Por eso a Camila le encanta tanto saludar a sus conocidos. Disfruta de cada uno de esos recuerdos que le vienen en el instante previo al saludo.

domingo, 14 de octubre de 2012

Esas Pequeñas Cosas



Ricardo camina por la calle, distraído, con la mirada en el piso. Y en su andar se encuentra con una birome común, que levanta del suelo y guarda en su bolsillo. Ricardo sigue caminando, con una nueva birome en el bolsillo, pero no sabe que esa birome cayó de la mochila de Ernesto, que corría desesperado hacia un importante examen, donde conoció a Adriana al pedirle prestada una lapicera, con quien se casara Ernesto en el futuro. Y a él ni se le ocurriría pensar que esa lapicera que Adriana le prestó, es la que usó para firmar el préstamo de su primer departamento (por el que trabajó muy duro), mientras Rubén, el escribano de la inmobiliaria, miraba preocupado su celular. Adriana creía que Rubén solo estaba apurado por terminar otro rutinario papeleo. Pero no imaginaba que desde ese mismo celular, ese mismo día, minutos después de despedirse de ella, Rubén recibiría la noticia de que la operación de su pequeña hija había salido bien, mientras Miguel, otro cliente, le entregaba las llaves del departamento vendido. Esas llaves que fueron lo último que Mirtha, su mujer, le revoleo a Miguel cuando descubrió que la engañaba con Ángeles, su secretaria. Es extraño que Mirtha lo haya descubierto por un corpiño de Ángeles que encontró. Corpiño que era parte del conjunto que Ricardo le compró para su luna de miel. Y pensar que la bombacha de ese conjunto es lo último que Ángeles se llevó hoy al decirle que lo dejaba por Miguel, antes de irse y que Ricardo saliera a caminar por la calle, distraído, con la mirada en el piso y que en su andar se encuentre con una birome común.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Compañia




El ya viejo gato gris atigrado huye de los niños que lo corren para golpearlo otra vez. Para divertirse cruelmente como siempre. El gato tiene largos años y no pierde su costumbre de volver a ese refugio que le da un poco de cobijo. Aunque cada tarde, los mismos niños lo vuelvan a perseguir con las mismas crueles intenciones. Pero ese viejo basurero es el único lugar solitario que conoce. Se alimenta por su propia cuenta de los restos de basura o las ratas con las que compite. Tiene bebida en las alcantarillas y nadie lo molesta, más que aquellos chicos. El viejo gato no vivió toda su vida ahí. Durante sus años de cachorro, una pequeña niña era su sol. Dormían juntos en la cama, jugaban y corrían. Pero la niña creció y con su familia se mudo. Y como al pobre gatito no podía llevar, con una vecina lo dejó. La vieja vecina lo cuidó hasta que una mañana, la señora ya no despertó. Su pelaje ya no es el mismo debido a su forma de vivir. En algunos descuidos, los crueles jóvenes, le dejaron algunas marcas. Un ojo medio ciego. Una pata renga. Alguna cicatriz. Algunos nuevos deshechos también hicieron lo suyo y las ratas, varias veces, le dieron batalla.

Inés azota el departamento con un portazo. Cargada de valijas. Otro novio desastroso. “Son todos iguales” se repite. Siempre lo mismo. Se entretienen con ella y nada más. Se siente una idiota. No aprende más. Siempre vuelve a caer en lo mismo. Siempre se deja engañar por los dulces halagos y el romanticismo que dura poco más de un mes. Después, como siempre, la lastiman. Pero Inés no sabe estar sola.  Ni siquiera su departamento la hace sentirse cómoda. Y, aunque apenas sea por unos meses, consigue un poco de cariño y no esa horrible soledad que la atormenta por las noches. Inés no siempre vivió así. Ella tuvo un novio que la trató como una reina. Siempre juntos. Reían y lloraban el uno al lado del otro. Pero él murió en un accidente y la dejó con ese amor tan grande sin saber a quien dárselo. Inés intentó seguir con su vida, su trabajo, sus estudios. Se dio, y dio, oportunidades, y le dejaron marcas. Inés ya ni se arregla para salir.

El gato salta sorprendido ante los pasos histéricos de una Inés rabiosa que sale del edificio. Los niños vienen detrás del animal, con armas improvisadas. Inés ve algo en ese gato herido y agazapado. Se pone entre él y los pequeños salvajes y descarga toda su ira en ellos. Los chicos huyen asustados. Inés se agacha a recoger al gato. Este le responde con un siseo agresivo. Inés esta a punto de abandonarlo, pero ese ojo ciego y el pelaje reseco le dan pena. Lo toma por detrás del cuello y el animal intenta asestarle algunos zarpazos. Inés logra meterlo en una cartera casi vacía. Aunque el felino lucha por su libertad.

Inés abre la puerta de su departamento, revolea casi todo y cierra. Solo se queda con la cartera bajo el brazo. Se dirige a la cocina y la apoya sobre la mesa. Cierra puertas, ventanas y todo orificio por el cual el animal pudiera escapar. Regresa a la heladera, agarra el sachet de leche, toma un plato hondo de la alacena, lo pone junto a la cartera y vierte la leche en este. Abre la cartera lentamente, con cuidado. Una pata le clava las garras con fuerza en el reverso de la mano izquierda. Sigue abriendo la cartera con la mano derecha y, en cuanto el gato salta en busca de un escape, lo vuelve a tomar del cuello. Aprovecha que el animal retrae las uñas que le clavó previamente y lo sujeta con ambas manos. Le acerca el hocico al plato, el gato echa la cabeza hacia atrás y se retuerce, resistiéndose. Ella le moja por fin bruscamente la nariz en el líquido y, luego de un rato, el gato ya no resiste el sabor y comienza a beber, bajando la guardia.

Hace casi una semana que Inés y el viejo gato se hacen compañía en la cama. El gato sigue siendo viejo y tuerto, pero su pelaje volvió a ser suave y brilloso. De vez en cuando, Inés se maquilla antes de ir al trabajo o a la facultad. El timbre suena en medio de la noche. Inés sigue durmiendo, el gato despierta. Le acerca su cabeza a la de ella e intenta despertarla con un suave maullido. El timbre vuelve a sonar. Inés despierta preguntándose quien será a esas horas. Acaricia al gato y se levanta, dirigiéndose al portero eléctrico. Atiende y su último ex-novio ruega perdón y reza arrepentimiento por el parlante, pide una oportunidad para conversar. Inés duda. Él pronuncia las palabras mágicas que ella nunca puede resistir. Le abre, cuelga el aparato y mira dudosa al gato, que entra a la sala desperezándose y mirándola con cierto cariño. El timbre suena. Inés vuelve a dudar, pero abre. El hombre se acerca a ella, le pronuncia las mismas palabras bonitas de la primera vez que la vio, le ruega el mismo perdón de la última vez, y le reza el mismo arrepentimiento que todos sus ex-novios. Que se dejó llevar por otro par de piernas. Que fue un torpe. Que es la última vez. Que la ama. Inés va cediendo al pedido, se deja enternecer, él se acerca cada vez más íntimamente. El gato reacciona diferente a ella. Desde su llegada esta vigilante, como a punto de cazar una presa. A medida que Inés baja la guardia, el gato la aumenta. Cuando el hombre la toma por los hombros, el gato emite el mayor siseo de su vida, el pelo se le eriza y su expresión es de una agresividad feroz. Inés despierta del ensueño y mira al gato. No sabe si esta celoso o la esta defendiendo. No importa. Inés le replica todos los errores a su ex-novio y lo echa a los gritos. No quiere verlo nunca más. Inés cierra de un portazo. El gato se frota entre sus piernas. Ella lo toma y vuelven a su cuarto a dormir.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Hombre Espejo


Hubo un niño que nació espejo. Todo lo reflejaba. Sus padres no lo juzgaron ni se horrorizaron de esta característica. Al contrario, lo respetaron como si no tuviera dicha cualidad. Y así, el niño creció, reflejando esta misma actitud y respeto. Como en su hogar, el era semejante a cualquier otra persona, afuera, para él, los demás eran semejantes a él. Al convertirse en hombre, decidió recorrer el mundo. No le fue difícil adaptarse. “a donde vayas haz lo que veas” estaba en su naturaleza. Conoció todo tipo de sociedades, todo tipo de costumbres. Solo le bastaba con llegar, observar y reflejar. Un día, luego de salir de una comunidad hostil que le dejo algunas marcas, se encontró con una sociedad que lo deslumbró. Era imposible creer lo que veía. Frente a él se encontraba una comunidad entera de personas espejo. Personas espejos que, al llegar un visitante, lo observaban y luego reflejaban sus actitudes y costumbres. Por un largo rato ambos aguardaron, el viajante y la comunidad, esperando observar algo que reflejar. El viajante, algo resentido por su última experiencia, dio el primer paso. Se mostró tan hostil como se le habían presentado a él los habitantes de la última sociedad que había visitado. ¡Gran Error! La comunidad  espejo comenzó a reflejar esta actitud. Al principio, unos a otros. Empezaron con saludos secos. Luego los saludos desaparecieron y, mas tarde, aparecieron los insultos, que derivaron en los golpes. El viajante se refugió en un pequeño hotel, donde el servicio y la hospitalidad empeoraban día a día. Cuando el viajero, harto de la hostilidad, decidió emprender rumbo hacia su próximo destino, se encontró con las consecuencias de su resentimiento. La comunidad entera parecía funcionar como una sola persona. Y esa única persona parecía resentida con el viajero. Comenzaron a dirigir su violencia hacia él. Y el, como todo espejo, respondió. Pero eran más, y reflejaban más, y la respuesta de la sociedad era peor. El círculo vicioso aumentaba su hostilidad a cada segundo. Hasta que el viajero se resquebrajo del esfuerzo que tanta agresividad le suponía, y se dejo caer de rodillas, frágil y sensible. La comunidad entera cayo con él. Todos a su alrededor comenzaron a sollozar. El viajero se sintió tocado en su interior por un pequeño espejo llorando desconsoladamente cerca suyo. Lo ayudó a levantarse, le limpio las lágrimas y le ofreció una sonrisa. La comunidad entera comenzó a ayudarse entre si, y en cuestión de minutos, se convirtió en la sociedad mas agradable en la que había alguna vez estado. Tanto fue así, que el viajero vivió allí el resto de su vida. Formo familia con su esposa, y sus dos espejitos que, fueron la mayor alegría reflejada por toda la comunidad.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Medias Penas, Doble Alegria



Ahí estaba Ana para ella cuando Ricardo la dejó por su secretaria. Beto nunca le falló como compañero de tragos. Alan fue el primero en llegar cuando falleció su padre. Oscar la incentivo con todos sus proyectos. El hombro de Nahuel siempre estuvo para ella. Y mientras sube al escenario tarima, piensa en todos ellos. ¿Solo los peores momentos necesitan ser compartidos? ¿Hay cosas más importantes que el día más feliz de su vida? ¿Feliz? No lo siente así. Debería, pero no le sale. Apenas le sale caminar. Se acerca al atril con una forzada sonrisa y un memorizado discurso. La sonrisa deja de ser forzada. El discurso se fuga de su memoria. Ahí están todos, recién llegados, al fondo del salón. Juana susurra un débil y sensible “Gracias” al micrófono, con los ojos totalmente humedecidos, y baja del escenario, con el premio entre sus manos. Solo piensa en correr a abrazarlos uno por uno.

miércoles, 29 de agosto de 2012

El Peor De Los Terrores



Cada noche me levanto, en silencio, en medio de la oscuridad. Salgo de la habitación hacia el extenso pasillo, apenas iluminado por la luna a través de las ventanas. Con valor y terror me dirijo a la puerta. Todas las noches espero un cambio. Algo diferente a la noche anterior. Algo que me diga que no va a haber una noche posterior. Mi mente juega conmigo. Mientras avanzo, veo un payaso desquiciado con un macabro sentido del humor. Un oscuro emperador con habilidades sobre una extraña fuerza de poder. Un lagarto humanoide de bata blanca. Un extraterrestre poderoso con la ambición de destruir el planeta. Y entonces, sin darme cuenta, estoy frente a esa puerta. Acerco mi mano al picaporte, la abro y espero. El terror se apodera de mí, pero soy más fuerte. ¿Que amenaza me espera? La puerta se abre lentamente. El terror supera mi fuerza. Tantas posibilidades, tanta maldad. Pero lo que me encuentra ahí es peor. Nada más que la simple realidad. Y entre gritos inconcientes, los enfermeros vuelven a llevarme a mi habitación del hospital psiquiátrico. Nunca saldré de acá. No mientras la realidad siga siendo esta.

martes, 28 de agosto de 2012

Ciclo



Por una calle que da a una plaza, asoman dos hombres corriendo. Uno persiguiendo al otro. El primero, flaco, de estatura media, cabello corto, bata blanca abierta, remera azul, jeans y zapatillas, corre mirando hacia su perseguidor sin comprender porque lo persigue. El segundo, alto, morrudo, lentes de sol, de campera de cuero, remera roja, pantalones negro y borcegos, persigue con furia a su presa. Al llegar al centro de la plaza, el perseguido, harto, gira y hace frente a su cazador, sin perder el miedo por completo. El perseguidor, cauteloso, se detiene a unos metros y toma posición de guardia. Durante casi medio minuto se quedan en sus posiciones, inmóviles. El perseguidor comienza a avanzar lenta y temerariamente. El perseguido titubea y su posición va perdiendo forma. El perseguidor acorta a la mitad la distancia entre ambos. El perseguido se paraliza. Por más que quiere, sus pies no corren en la dirección contraria a su atacante. Una pequeña explosión por encima de ellos, en medio de ambos. Los dos levantan la mirada en busca del origen del sonido. Una pequeña caja metálica cae desde unos metros por encima de ellos, como salida de la nada, y cae al suelo. Ambos quedan mirándola. La caja, con una voz femenina y robótica emite un número. 5. El perseguido corre en dirección contraria a su rival. 4. El perseguidor esta paralizado mirando la caja, por más que quiere, sus pies no corren en dirección contraria al artefacto. 4. El perseguido reacciona y comprende de antemano la secuencia de números, la cuenta regresiva. Se esconde tras un árbol de la plaza. 3. El perseguidor mira suplicante hacia el lugar donde se encuentra su presa, como esperando una ayuda. 2. El perseguido aguarda temeroso lo inevitable, agachado detrás del árbol, refugiado entre sus rodillas. 1. El perseguidor cierra los ojos y aprieta su mandíbula con fuerza. 0. Una explosión seguida de un silencio total. El perseguido aguarda unos instantes y asoma su cabeza hacia el lugar de la explosión. No ve nada más que la plaza y restos de la caja. Se acerca al lugar y toma la pieza más grande de la caja. La analiza minuciosamente con la mirada. No encuentra una respuesta rápida a su pregunta. Comienza a juntar las demás partes de la caja, tratando de no pasar por alto ninguno. Durante su recolección se encuentra con los lentes de sol de su atacante.

En una habitación oscura, apenas iluminada por la luz de su escritorio de trabajo, se encuentra el antes perseguido analizando la caja metálica. Lleva puestos unos anteojos sin marco. Alrededor del artefacto, sobre el escritorio, hay herramientas de todo tipo. Soldador eléctrico, llave francesa, destornillador Philips, llaves alem, pinzas de punta, de fuerza y alicate. El hombre, sin perderle vista al artefacto, toma el soldador y une una pequeña pieza a la parte más grande de la caja.

El despertador suena. Las horas que marca titilan, señal de que durante la noche hubo un corte de luz. El hombre despierta, y al ver este detalle en el aparato, se desespera y se recompone de golpe. Se levanta apresurado. Sabe que no son las “0:00” que le dice el reloj. Y por la luz del sol entrando en su ventana, supone que son más de las “6:00”, hora en la que realmente tendría que haber sonado su alarma. Se viste apresuradamente, sin bañarse, no tiene tiempo. Sin desayunar, en serio no tiene tiempo. En su mente calcula que son más de las “10:00” de la mañana. Al pasar junto a su escritorio, sin prestar mucha atención, queriendo tomar sus anteojos, toma los lentes de sol que están al lado de estos. Accidentalmente, golpea la caja metálica y esta cae al suelo. Algunas luces del aparato se prenden. Mientras se queda estupefacto, mirando la caja que no pudo reparar en toda la noche, guarda los lentes en el bolsillo de la bata, aun sin notar que no son los suyos. La caja, luego de un par de sonidos electrónicos, vuelve a emitir la voz femenina. 10. El hombre frunce el seño y se agacha cerca del aparato, analizándolo. 9. Otra vez reconoce la secuencia numérica y corre hacia la puerta. 8. Desesperado, junto a la puerta de calle, busca las llaves entre sus bolsillos, pero solo se encuentra con los lentes de sol. 7. Busca otra salida con la mirada y se fija en la puerta que da a la otra habitación. Supone que la cuenta va a terminar en el “0”. 6. Cuando se encuentra cerca de la puerta que da a la habitación, la caja comienza a emitir unas luces de colores cegadoras y el ruido de una pequeña explosión. Instantes después, en el lugar, ya no hay caja, ni hombre huyendo de ella.

El hombre de bata, extrañado, y con los lentes de sol a un en sus manos, se encuentra parado en una vereda de calle. Al final de esta, ve una plaza. Detrás suyo suena una pequeña explosión. Se da vuelta y se encuentra con su antiguo perseguidor, sin sus lentes. Los cuales, el perseguido deja caer al suelo del susto antes de salir corriendo en dirección a la plaza. El perseguidor toma sus lentes del suelo y se dispone a perseguir al otro hombre.

lunes, 27 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 14 - Final



Armando despierta en una camilla de hospital, en una sala de terapia intensiva. De un lado el suero gotea por la manguera hasta su muñeca. Del otro, los pitidos y el grafico de electrocardiogramas. Junto a el, en una silla, durmiendo muy incomoda, Susana. Parece llevar horas ahí. Armando la despierta despacio. Ella abre los ojos sorprendida. Sus ojos se humedecen. Sus reacciones son más rápidas que sus decisiones y lo abraza. Armando, desconcertado, le devuelve el gesto.

Armando entra al aula donde tomó el examen sorpresa, fresco por el buen dormir que tiene hace días. Entrega los exámenes a los alumnos. Estos miran las hojas sin entender, no tienen notas ni están corregidas. Armando se acerca a la puerta y les dice que lo sigan. Los alumnos, guiados por su profesor, entran a otra aula. Dentro, hay varios atriles con lienzos y pinceles. El sol ilumina el aula desde las ventanas en la parte trasera. Los alumnos se dirigen entusiasmados a los atriles. Armando cierra la puerta y, con una sonrisa real, comienza su nueva clase.

viernes, 24 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 13



Mientras Armando y la figura de túnica se dirigen a la puerta, el hombre pronuncia unas palabras al aire.

-Disfruta el espectáculo. Vas a ver tu vida pasar antes de cruzar la puerta.

Efectivamente, la vida de Armando se presenta en sus ojos a unos metros de la puerta. Su sueño de retratar el mundo y viajar a través de el con sus pinturas. La idea de transmitir de mejor manera lo que le transmitieron a él lo que estudio. Su búsqueda de amor. Sus padres recriminadole cada una de sus acciones y decisiones. Las decisiones que tomo, y de las que no aprendió. El curso que tomo su camino. Como el sustento para su vida se convirtió en su vida. Como fue postergando su vida hasta este momento. Susana. Esa profesora nueva que en una pequeña charla le hizo darse cuenta que algo estaba haciendo mal. Esa persona que apenas conoce y que parece con nada, tener mas que el.

La figura ya traspaso la puerta. Armando reacciona a tiempo. Se detiene e intenta retroceder. El otro hombre admira la escena, sin interferir. La figura de túnica se da vuelta e intenta retener a Armando. Este saca fuerzas de donde no tiene.

-NO. BASTA. NO ME VOY A IR. NO AHORA. NO ASI. NO ME LO MEREZCO. VALGO MÁS. Y SI, ME EQUIVOQUE. ¿Y QUE? TODOS SE EQUIVOCAN. NO ME VOY A IR. TENGO MÁS. ME MEREZCO MAS. ME ROMPI EL LOMO CARAJO PARA LLEGAR A DONDE LLEGUE. ME ESFUERZO DIA A DIA. Y SI, PODRIA ESFORZARME MAS. PERO NO ME VOY A IR ASI NOMAS. TENGO PLANES, SUEÑOS Y PROYECTOS, Y VOY A DAR LO QUE QUEDE DE MI PARA CUMPLIRLOS.

Armando nota el pincel en su bolsillo y lo usa como una espada para mantener a raya a la figura de túnica, mientras mira de reojo al otro hombre, por si intenta algo. El hombre le hace una señal de que no va a interferir. La figura de túnica retrocede en posición defensiva, mientras mira a Armando a los ojos, quien no afloja su mirada, y suelta sus ultimas palabras.

-Entonces, mas vale que los cumplas, porque no hay una segunda vez.

La figura le da la espalda a Armando, atraviesa la puerta y esta se cierra detrás. Armando queda confundido mirando la puerta. El hombre le toca el hombro. Todo a su alrededor se desvanece en una ceguera totalmente blanca y oye las ultimas palabras del hombre.

-Siempre voy a estar cuidando tus sueños, como los de todos.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 12



El hombre sujeta a Armando por un brazo. La figura de túnica se le acerca un poco más. Armando intenta forcejear, pero siente que la energía se le escapa por esa muñeca sujeta. El hombre vuelve a dirigirse a Armando.

-¿Por qué te negas tanto? Venís preparándote para esto. ¿Que propósito tiene seguir allá?
-No. Soy demasiado joven. Me queda mucho por vivir.
-La que me faltaba. El tiempo. Como si tuvieran un mínimo que vivir… humanos.

La figura se acerca más a Armando, hasta estar cara a cara, o algo parecido, ya que a esta no se le nota el rostro bajo la capucha de la túnica. Aunque al llegar hasta este punto, se saca la capucha, y el esquelético rostro mira a Armando a los ojos desde esos orificios oculares vacíos. En lugar de terror, Armando ve el vacío negro, pero encuentra en esa “no mirada” algo peor. Sin modificar ese rostro, sin gesticular ninguna expresión, la figura tiene un aire de decepción melancólica. Una tristeza terrible invade a Armando que se deja caer al suelo rendido, rompiendo en llanto. La figura intenta consolarlo apoyando su esquelética mano en el hombro del arrodillado.

-Malditas pastillas. INSOMNIO DE MIERDA.

La figura retira su mano del hombro de Armando y suelta unas palabras que parecen no salir de su boca, como una voz en off muy profunda que se escucha en todo el plano y en el interior de Armando.

-No vine por las pastillas, ni por el cansancio. Vine por tu voluntad, la que no te queda. Años viviendo una vida inconforme, sin una luz, sin un valor. Tenías un objetivo, tan valioso como el de cualquier otro. Y un camino, tan desafiante como el de cualquiera. Y lo perdiste todo. Te perdiste en los obstáculos. Perdiste el objetivo y caminas sin rumbo un camino sin sentido. Nada mas te vale que vivir por vivir. Un circulo vicioso que ni siquiera se alimenta a si mismo. Por eso estas acá. Porque te termino de consumir. ¿Qué más te queda para dar?

-Pero… tengo un trabajo…
-Que detestas.
-Una familia…
-Que hace años no ves por haber preferido escapar antes que hacerte valer.
-Una profesión…
-Que ya no disfrutas. No me mientas. No te mientas. Lo único que tenes son cuentas por pagar y un cuerpo que alimentar, nada mas.

Armando baja la cabeza, ya no tiene argumentos para discutir. La figura le toma la mano, lo ayuda a levantarse y lo dirige a la puerta. Armando la sigue lentamente y sin resistencia.

martes, 21 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 11



Armando se encuentra inmóvil frente al hombre que salio del cuadro. Este lo analiza de pies a cabeza, con una expresión de decepción. El hombre se mueve alrededor de Armando, sin dejar de observarlo, como un crítico a una obra de arte. Hace ademanes de negación, muecas de reprobación y revolea los ojos. Armando lo sigue con la mirada. El hombre se detiene un segundo, a espaldas de Armando, se toma el rostro a la altura de la boca, y por primera vez, se expresa con palabras.

-Una verdadera lastima.
-¿Qué?
-Que se desperdicie un ejemplar así. Pero bueno, cuando la mercancía ya se hecho a perder…
-¿Qué se hecho a perder? ¿Tengo algo en el cuerpo?

Armando comienza a inspeccionarse desesperado, minuciosamente.

-Querido, acá el cuerpo vale menos que el pueblo en una decisión política. Lo que esta perdido es tu alma.
-¿Qué? ¿Por qué? No hice pacto con ningún demonio y no le hago mal a nadie.
-Querido, querido, querido… Humanos, nunca entienden nada… toman todo tan literalmente… A veces creo que tendrían que nacer con las instrucciones pegadas al cordón umbilical…

El hombre suelta un pequeño suspiro…

-Vení, aunque tarde, ya vas a entender.

El hombre pasa delante de Armando y sigue caminando. Armando, sin más, lo sigue. Pasos mas adelante, aparece una especie de sombra negra en el aire y se extiende hasta el suelo, donde aparece una puerta. El hombre llama a la puerta y aguarda. La puerta se abre, y de la oscuridad sale una figura oculta en una túnica y arrastrando una guadaña en una mano. Armando retrocede instintivamente por el terror que la figura le causa. Conciente e inconscientemente sabe lo que representa esa figura. Su significado esta implantado en el conciente colectivo del mundo. 

viernes, 17 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 10



Armando esta frente a la pintura inconclusa que se le apareció. En ella hay apenas la expresión triste de un rostro indefinido. Armando la mira detenidamente. Luego busca algo en el suelo. Encuentra, en el mismo lugar donde lo dejo hacer, el pincel con el que reformulo su reflejo. Lo toma y se acerca al cuadro. Acerca el pincel al lienzo y este comienza a tomar colar casi mágicamente en el lugar de contacto. Armando comienza a completar la obra cuidadosamente. Se toma su tiempo. Lo disfruta, y se nota en la expresión de su rostro. Su cuerpo se mueve libre, sin tensiones. Armando termina el cuadro, agitado, contento y radiante. Ya no hay en él ningún efecto del insomnio. Parece lucido como si hubiera dormido años seguidos de siestas reparadoras. En el cuadro, el rostro es el mismo que vio antes de caer desmayado al suelo luego de tomarse el coctel de pastillas para dormir. El hombre le sonríe, extiende sus manos a través del cuadro y sale con esfuerzo de este. De aspecto hippie, descuidado. Sin tunica ni guadaña.

jueves, 16 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 9



Armando intenta posar su mano en la imagen de Susana. La acerca lentamente. La mira a los ojos. Duda y retrocede. La imagen de Susana se deforma ligeramente y toma un ápice de tenebrosidad. Armando al notar esto, retrocede un poco más. A medida que él retrocede, la imagen se vuelve cada vez más grande, deforme y grotesca. A medida que esto sucede, Armando se acobarda y retrocede más. Se convierte en un círculo vicioso. Hasta que Armando nota que la imagen reacciona ante su retroceso. Se queda inmóvil y pensativo un segundo. Aspira profundamente e infla su pecho. Endereza su posición y empieza a acercarse a la imagen. Sus primeros pasos son cortos y temerosos. Su mirada todavía expresa cierto miedo. A medida que avanza, sus pasos se vuelven firmes, junto con su postura y la imagen va volviendo a la forma original de Susana. Armando se detiene al estar frente a frente a la imagen. No sabe como seguir. No se imagina cual es el siguiente paso. La imagen de Susana vacila entre la original y una apenas más deforme que va cambiando con su propia respiración. Se vuelve apenas grotesca cuando inhala, y vuelve a sus proporciones originales cuando exhala el aire. Armando se aleja apenas, como tomando carrera sin levantar los pies, y con los brazos atravesando el reflejo, abraza la imagen de Susana con fuerza. Esta se funde en forma de una luz brillante entre los brazos de Armando e ilumina cegadoramente todo el lugar. Armando se refriega los ojos y se encuentra frente a un atril con una pintura sin acabar.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 8



Armando llega hasta el horizonte. Esta fascinado. Duda un momento, mira atónito la gruesa línea del horizonte que varia frente a el, formando un nuevo grafico con cada pitido. Acerca la mano para tocarla, sus palpitaciones aceleran, y con ellas los pitidos y gráficos del horizonte. Intenta tocar el horizonte, o la pared que simula haber. Una especie de vidrio, de cristal invisible se lo impide. Apoya la palma de su mano en el. No pasa nada. Acerca su cara e intenta ver a través de el. Nada. Los gráficos del horizonte desaparecieron con la aparición del vidrio. Los pitidos también. Se aleja un poco. Una figura, una especie de sombra deforme, aparece frente a el. Se acerca para verla con más claridad. La figura se hace más difusa. Armando se aleja más que antes. Por un momento vislumbra la figura de Susana. Luego la misma figura indefinida de antes vuelve a aparecer. Se aleja mas hasta que la figura se define como una versión extraña de el. Como el reflejo deforme de un espejo extraño de una “casa de los espejos”. Es una versión más baja, más flaca, afeada, de ropas gastadas. De movimientos y expresiones temerosas e inseguras. Tímido, casi sin actitud. Tiene los bolsillos del pantalón repletos de pinceles desprolijos y sucios. Intenta esquivar su reflejo para ver detrás, para volver a ver la figura de Susana. Su reflejo se lo impide. Armando se acerca, y el reflejo a él. Intenta correrlo con sus manos. Ella puede tener la respuesta para salir de ahí. Eso se dice a si mismo. Esa no es la razón por la que pelea con su reflejo. El cual le sigue impidiendo ver más allá. Armando, nota un pincel del bolsillo del reflejo sobresaliendo del vidrio. Intenta tocar su reflejo desde ahí y correrlo desde ese punto. Solo logra sacar el pincel del reflejo. Intenta golpear al reflejo con el reverso del pincel. No surte ningún efecto. Armando, casi resignado, mira el pincel en su mano. Nota algo en la punta manchada. No es pintura. Es algo más. Como una parte de él. Sabe bien que es. Pero no lo cree. Acerca la punta del pincel a su reflejo y lo apoya en la nariz, que al contacto con el pincel, pasa de ser una nariz exageradamente aguileña a lo que es la nariz de Armando en realidad. Armando no lo puede creer. Eso que vio en la punta del pincel era, efectivamente, su nariz. Vuelve a mirar el pincel. Ve algo más. Vuelva a apoyar el pincel en el reflejo y comienza a desfigurarlo de pies a cabeza, hasta dejarlo como un reflejo perfecto de él, y mas luminoso. Armando deja caer su pincel. Mueve su mano para tocar su reflejo. Este lo imita cual espejo. Al tocarse, el vidrio se funde con él, como un líquido absorbido por la mano de Armando. La imagen nítida de Susana aparece frente a él.

martes, 14 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 7



Armando, desconcertado, cansado y mareado, despierta en el suelo. Se reincorpora lentamente y al ponerse de pie se da cuenta de lo extraño de su entorno. Se encuentra en el medio, por así decirlo, de un plano totalmente blanco. Apenas puede diferenciar el piso de lo demás por la línea del horizonte. Pero no hay nada más, ninguna diferencia entresuelo y cielo, entre izquierda y derecha, o atrás y adelante, salvo por una pequeña edificación a lo lejos cerca del distante horizonte. Sin saber que hacer, donde esta o como salir, se dirige al único lugar en el que considera puede llegar a encontrar alguna respuesta, ese pequeño edificio en el horizonte.

Luego de una larga e interminable caminata sin ningún paisaje, Armando llega a su objetivo, el único en todo el lugar. El edificio no es un edificio, sino el aula donde tuvo que tomar un examen sorpresa horas antes como represalia del comportamiento de sus alumnos. La única diferencia es que el aula esta recortada de su edificio original, como arrancada, o como si hubieran tirado todo el edificio alrededor del aula y barrido los escombros con obsesiva pulcritud. A medida que Armando se va acercando, la altura del edificio va creciendo como la torre de Babel. Cuando Armando ya se encuentra a la puerta del aula, sus paredes se extienden hasta parecer tocar el cielo inexistente de ese plano blanco. Armando acerca su mano al picaporte. El picaporte le sujeta la mano. La puerta se abre. El aula lo succiona, lo arroja a su silla frente al escritorio y la puerta se cierra bruscamente. Armando se recompone del susto y mira a su alrededor. Dentro del aula sus alumnos son gigantes, más violentos y amenazadores y se comportan como una jauría de bestias salvajes rabiosas y sedientas de sangre. Dirigen sus miradas ocultas bajo las sombras de sus cejas hacia Armando, dejando ver una pequeña luz roja fulminante en el lugar de sus ojos. A Armando comienza a invadirlo el miedo. El escritorio lo aprisiona contra el pizarrón a sus espaldas. La silla lo toma por las muñecas y lo fuerza a sentarse. Armando lucha por su libertad mientras las fieras se lo acechan cada vez más. A medida que se acercan a él pierden sus formas y se vuelven cada vez más grotescas. Mientras forcejea con la mesa y la silla, que lo retienen, esquiva los ataques y zarpasos de sus bestiales alumnos. Los rugidos aumentan, los ataques también. Armando desespera. Se quiebra.

- ¡BASTA! ¡ALEJENSE! ¡DEJENME!

Armando esta totalmente fuera de si. Los mira amenazante, apretando los dientes. Los alumnos retroceden lentamente, asustados como cachorros amenazados, hasta convertirse en sus figuras originales. La mesa se aleja de Armando y vuelve a su lugar. La silla le suelta las muñecas. El aula vuelve a sus dimensiones originales. Armando sostiene su mirada y la lleva desde un alumno a otro, sin vacilar en ningún momento. El aula se desvanece junto con sus alumnos, dejándolo nuevamente en medio del plano blanco. Armando se queda sin la respuesta que estaba buscando, pero con una que no buscaba. Un pequeño ruido rítmico le llama la atención. Busca el lugar de origen. Su mirada se queda en el horizonte, que simula ser un el grafico de un electrocardiograma midiendo en vivo. Con cada pitido que Armando oye, el horizonte dibuja una nueva figura en si mismo.

lunes, 13 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 6


Armando abre la puerta de su casa, devastado de cansancio. Deja caer su bolso sobre la mesa, llega hasta la llave eléctrica y enciende la luz. Se dirige a la heladera, asoma la cabeza y busca algún plato de sobras que necesite poco o nulo proceso para comerlo. No tiene ganas de cocinar. No tiene ganas de nada. Toma un plato de fideos con manteca y los lleva hasta el microondas. No más de 2 minutos de cocción, tampoco quiere esperar a comer. Mientras come los fideos recalentados, con un vaso de agua a mano, prepara en su PC, las clases para el día siguiente. 5 temas diferentes en 7 clases, en un solo día.

Horas más tarde, Armando da vueltas en su cama otra vez. Lleva poco mas de una hora intentando dormirse, pero con todo lo que le viene costando hacerlo hace unos días, es una hora más a la cuenta. La gota que rebalsa el vaso. Armando se destapa con un movimiento brusco, se levanta, toma el blister de pastillas sin pegarle una ojeada y se dirige al comedor, donde tiene su botiquín de productos farmacéuticos. Abre el pequeño armario y agarra todos los blisters de pastillas para el insomnio que viene probando hace días. Por separado no le funcionaron. Extrae una de cada una de las diferentes pastillas y las junta en su mano izquierda. Se dirige a la cocina y se sirve un vaso con agua. Mira dudoso el manojo de pastillas. Un reloj detrás suyo marca el cambio de hora, son las 3:00 AM, le quedan 3 horas de sueño con suerte. Aprieta con fuerza el manojo, cierra los ojos, abre la boca, se mete el manojo en la boca y de un gran trago vacía el vaso. Baja el vaso lentamente mientras las pastillas recorren su esófago. Mira el fondo del vaso vacío mientras un ardor le recorre el pecho hasta llegar al estomago. El vaso se nubla desde su centro y así todo a su vista hasta ver todo blanco. Antes de caer al suelo, Armando tiene una visión de un hombre, viejo, de barba, con tunica y guadaña. Luego, el piso lo recibe con un fuerte golpe. Armando ya no lo siente. No siente mas nada.

viernes, 10 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 5


Armando, parado junto a la puerta del aula, recibe las hojas del examen sorpresa mientras los alumnos van saliendo con expresiones de rencor reprimido. Al salir el último alumno, Armando vuelve a su escritorio a buscar sus cosas y guardar los exámenes en su bolso. Cuando sale por la puerta, choca torpemente con Susana. Armando la mira de pies a cabeza, quedando en su cara, rodeada de su pelo rubio ondeado, apenas mirándola a los ojos. Susana no pareciera ser del mismo ambiente que Armando. Lleva ropa elegante pero casual. Susana ni siquiera parece poder convivir en el mismo mundo que Amando. Ella, alegre y firme, destila vida y simpatía. El solo destila sueño y cansancio. Y encima, al verla, Armando comienza a destilar nervios.

- Armando, ¿Cómo estas?
- Bien, bien… ¿Vos?
- Bien. ¿Seguro estas bien vos? Te noto medio decaído.
- No. No es nada. Un poco de sueño nada más. Me tengo que ir a la próxima clase.
- Bueno, dale. Yo también. Cuídate ¿Si?

Armando intenta escapar de la cercanía de Susana, ella intenta entrar al aula que Armando acaba de vaciar. Varias veces uno entorpece el objetivo del otro. Parecen, por unos segundos, bailar una danza torpe. Finalmente, él la deja pasar y se va sin saludarla, sin voltearse, sin darse vuelta una vez más para retener su figura en su memoria.

jueves, 9 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 4


En un aula a oscuras, salvo por la luz de un televisor, Armando esta acomodado de espaldas a su escritorio, disfrutando del documental que emite el aparato. Detrás suyo, los alumnos de entre 20 y 30 años, dibujan en sus cuadernos, se duermen o charlan en voz baja.

Televisor:
“El surrealismo es un movimiento artístico surgido en 1920 a partir del dadaísmo…”

Mientras el televisor muestra una secuencia de imágenes de cuadros surrealistas, una goma de borrar vuela desde la mano de un alumno hasta la cabeza de otro, varias filas delante del primero. El segundo reacciona olvidándose de su entorno.

- ¿QUE HACES PELOTUDO?

Armando se da vuelta mientras pone pausa al documental con el control remoto, perdiendo la paz que le ofrecía el aparato catódico y volviendo a la irritabilidad de varios días sin dormir bien.

- Compórtense o se van del aula.

El alumno que, aburrido, revoleo la goma de borrar, le responde insolente.

- Ganas no me faltan, la clase es un embole.

El resto del aula lo apremia con una carcajada. Armando pierde la poca paciencia que le queda, apaga el televisor, se acerca a la puerta y enciende las luces.

- Ahora todos sacan una hoja y escriben todo lo que saben de surrealismo. Y el que quiera irse, me entrega una hoja con su nombre y le pongo el aplazo.

Armando sostiene su mirada ojerosa y furiosa entre los dos alumnos que empezaron los disturbios. Todos los demás les dan una ojeada de rencor mientras sacan hojas y lapiceras y comienzan a escribir bajo un silencio de muerte. Armando vuelve a su asiento, mirando casi con odio al televisor apagado.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 3


Armando, agitado, golpea fuertemente una puerta. Un portero eléctrico le abre. Armando abre la puerta lo mínimo y necesario para pasar y entra corriendo. Luego de pasar por dos edificios y dos pasillos que los separan entre si, llega al tercer edificio, dobla a su derecha y sube las escaleras de dos en dos. Al llegar al segundo piso, dobla a su izquierda. Se detiene antes de llegar a la primer puerta. Toma aire e intenta bajar sus pulsaciones. Abre la puerta. Los alumnos adolescentes del aula están alborotados, aprovechando el tiempo libre de profesor. Arrojándose papeles unos a otros. Otros jugando al truco o al chinchon. Algunos están parados sobre las mesas. Otros sentados. Armando entra, deja su bolso sobre su escritorio, toma el borrador y limpia el pizarrón de obras escatológicas, fálicas e insultos. Armando, sin darse vuelta y comenzando a dibujar un esquema de perspectiva con 2 puntos de fuga, le habla a su clase.

- Disculpen la tardanza chicos.

Los alumnos lo ignoran, como si nunca hubiera entrado al aula y siguen con sus actividades particulares.

- Siéntense que ya empezamos.

Algunos alumnos se ubican en sus lugares.

- Hoy vamos a ver puntos de fuga. Los puntos de fuga son un sistema de proyección. Un ejemplo básico es cuando vemos las vías del tren juntándose en la distancia.

Armando se da vuelta para dar la clase. Salvo por algunos alumnos, ninguno le hizo caso y siguen en su mundo.