"El Infierno es vivir cada día sin saber la razón de tu existencia." - Sin City

miércoles, 29 de agosto de 2012

El Peor De Los Terrores



Cada noche me levanto, en silencio, en medio de la oscuridad. Salgo de la habitación hacia el extenso pasillo, apenas iluminado por la luna a través de las ventanas. Con valor y terror me dirijo a la puerta. Todas las noches espero un cambio. Algo diferente a la noche anterior. Algo que me diga que no va a haber una noche posterior. Mi mente juega conmigo. Mientras avanzo, veo un payaso desquiciado con un macabro sentido del humor. Un oscuro emperador con habilidades sobre una extraña fuerza de poder. Un lagarto humanoide de bata blanca. Un extraterrestre poderoso con la ambición de destruir el planeta. Y entonces, sin darme cuenta, estoy frente a esa puerta. Acerco mi mano al picaporte, la abro y espero. El terror se apodera de mí, pero soy más fuerte. ¿Que amenaza me espera? La puerta se abre lentamente. El terror supera mi fuerza. Tantas posibilidades, tanta maldad. Pero lo que me encuentra ahí es peor. Nada más que la simple realidad. Y entre gritos inconcientes, los enfermeros vuelven a llevarme a mi habitación del hospital psiquiátrico. Nunca saldré de acá. No mientras la realidad siga siendo esta.

martes, 28 de agosto de 2012

Ciclo



Por una calle que da a una plaza, asoman dos hombres corriendo. Uno persiguiendo al otro. El primero, flaco, de estatura media, cabello corto, bata blanca abierta, remera azul, jeans y zapatillas, corre mirando hacia su perseguidor sin comprender porque lo persigue. El segundo, alto, morrudo, lentes de sol, de campera de cuero, remera roja, pantalones negro y borcegos, persigue con furia a su presa. Al llegar al centro de la plaza, el perseguido, harto, gira y hace frente a su cazador, sin perder el miedo por completo. El perseguidor, cauteloso, se detiene a unos metros y toma posición de guardia. Durante casi medio minuto se quedan en sus posiciones, inmóviles. El perseguidor comienza a avanzar lenta y temerariamente. El perseguido titubea y su posición va perdiendo forma. El perseguidor acorta a la mitad la distancia entre ambos. El perseguido se paraliza. Por más que quiere, sus pies no corren en la dirección contraria a su atacante. Una pequeña explosión por encima de ellos, en medio de ambos. Los dos levantan la mirada en busca del origen del sonido. Una pequeña caja metálica cae desde unos metros por encima de ellos, como salida de la nada, y cae al suelo. Ambos quedan mirándola. La caja, con una voz femenina y robótica emite un número. 5. El perseguido corre en dirección contraria a su rival. 4. El perseguidor esta paralizado mirando la caja, por más que quiere, sus pies no corren en dirección contraria al artefacto. 4. El perseguido reacciona y comprende de antemano la secuencia de números, la cuenta regresiva. Se esconde tras un árbol de la plaza. 3. El perseguidor mira suplicante hacia el lugar donde se encuentra su presa, como esperando una ayuda. 2. El perseguido aguarda temeroso lo inevitable, agachado detrás del árbol, refugiado entre sus rodillas. 1. El perseguidor cierra los ojos y aprieta su mandíbula con fuerza. 0. Una explosión seguida de un silencio total. El perseguido aguarda unos instantes y asoma su cabeza hacia el lugar de la explosión. No ve nada más que la plaza y restos de la caja. Se acerca al lugar y toma la pieza más grande de la caja. La analiza minuciosamente con la mirada. No encuentra una respuesta rápida a su pregunta. Comienza a juntar las demás partes de la caja, tratando de no pasar por alto ninguno. Durante su recolección se encuentra con los lentes de sol de su atacante.

En una habitación oscura, apenas iluminada por la luz de su escritorio de trabajo, se encuentra el antes perseguido analizando la caja metálica. Lleva puestos unos anteojos sin marco. Alrededor del artefacto, sobre el escritorio, hay herramientas de todo tipo. Soldador eléctrico, llave francesa, destornillador Philips, llaves alem, pinzas de punta, de fuerza y alicate. El hombre, sin perderle vista al artefacto, toma el soldador y une una pequeña pieza a la parte más grande de la caja.

El despertador suena. Las horas que marca titilan, señal de que durante la noche hubo un corte de luz. El hombre despierta, y al ver este detalle en el aparato, se desespera y se recompone de golpe. Se levanta apresurado. Sabe que no son las “0:00” que le dice el reloj. Y por la luz del sol entrando en su ventana, supone que son más de las “6:00”, hora en la que realmente tendría que haber sonado su alarma. Se viste apresuradamente, sin bañarse, no tiene tiempo. Sin desayunar, en serio no tiene tiempo. En su mente calcula que son más de las “10:00” de la mañana. Al pasar junto a su escritorio, sin prestar mucha atención, queriendo tomar sus anteojos, toma los lentes de sol que están al lado de estos. Accidentalmente, golpea la caja metálica y esta cae al suelo. Algunas luces del aparato se prenden. Mientras se queda estupefacto, mirando la caja que no pudo reparar en toda la noche, guarda los lentes en el bolsillo de la bata, aun sin notar que no son los suyos. La caja, luego de un par de sonidos electrónicos, vuelve a emitir la voz femenina. 10. El hombre frunce el seño y se agacha cerca del aparato, analizándolo. 9. Otra vez reconoce la secuencia numérica y corre hacia la puerta. 8. Desesperado, junto a la puerta de calle, busca las llaves entre sus bolsillos, pero solo se encuentra con los lentes de sol. 7. Busca otra salida con la mirada y se fija en la puerta que da a la otra habitación. Supone que la cuenta va a terminar en el “0”. 6. Cuando se encuentra cerca de la puerta que da a la habitación, la caja comienza a emitir unas luces de colores cegadoras y el ruido de una pequeña explosión. Instantes después, en el lugar, ya no hay caja, ni hombre huyendo de ella.

El hombre de bata, extrañado, y con los lentes de sol a un en sus manos, se encuentra parado en una vereda de calle. Al final de esta, ve una plaza. Detrás suyo suena una pequeña explosión. Se da vuelta y se encuentra con su antiguo perseguidor, sin sus lentes. Los cuales, el perseguido deja caer al suelo del susto antes de salir corriendo en dirección a la plaza. El perseguidor toma sus lentes del suelo y se dispone a perseguir al otro hombre.

lunes, 27 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 14 - Final



Armando despierta en una camilla de hospital, en una sala de terapia intensiva. De un lado el suero gotea por la manguera hasta su muñeca. Del otro, los pitidos y el grafico de electrocardiogramas. Junto a el, en una silla, durmiendo muy incomoda, Susana. Parece llevar horas ahí. Armando la despierta despacio. Ella abre los ojos sorprendida. Sus ojos se humedecen. Sus reacciones son más rápidas que sus decisiones y lo abraza. Armando, desconcertado, le devuelve el gesto.

Armando entra al aula donde tomó el examen sorpresa, fresco por el buen dormir que tiene hace días. Entrega los exámenes a los alumnos. Estos miran las hojas sin entender, no tienen notas ni están corregidas. Armando se acerca a la puerta y les dice que lo sigan. Los alumnos, guiados por su profesor, entran a otra aula. Dentro, hay varios atriles con lienzos y pinceles. El sol ilumina el aula desde las ventanas en la parte trasera. Los alumnos se dirigen entusiasmados a los atriles. Armando cierra la puerta y, con una sonrisa real, comienza su nueva clase.

viernes, 24 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 13



Mientras Armando y la figura de túnica se dirigen a la puerta, el hombre pronuncia unas palabras al aire.

-Disfruta el espectáculo. Vas a ver tu vida pasar antes de cruzar la puerta.

Efectivamente, la vida de Armando se presenta en sus ojos a unos metros de la puerta. Su sueño de retratar el mundo y viajar a través de el con sus pinturas. La idea de transmitir de mejor manera lo que le transmitieron a él lo que estudio. Su búsqueda de amor. Sus padres recriminadole cada una de sus acciones y decisiones. Las decisiones que tomo, y de las que no aprendió. El curso que tomo su camino. Como el sustento para su vida se convirtió en su vida. Como fue postergando su vida hasta este momento. Susana. Esa profesora nueva que en una pequeña charla le hizo darse cuenta que algo estaba haciendo mal. Esa persona que apenas conoce y que parece con nada, tener mas que el.

La figura ya traspaso la puerta. Armando reacciona a tiempo. Se detiene e intenta retroceder. El otro hombre admira la escena, sin interferir. La figura de túnica se da vuelta e intenta retener a Armando. Este saca fuerzas de donde no tiene.

-NO. BASTA. NO ME VOY A IR. NO AHORA. NO ASI. NO ME LO MEREZCO. VALGO MÁS. Y SI, ME EQUIVOQUE. ¿Y QUE? TODOS SE EQUIVOCAN. NO ME VOY A IR. TENGO MÁS. ME MEREZCO MAS. ME ROMPI EL LOMO CARAJO PARA LLEGAR A DONDE LLEGUE. ME ESFUERZO DIA A DIA. Y SI, PODRIA ESFORZARME MAS. PERO NO ME VOY A IR ASI NOMAS. TENGO PLANES, SUEÑOS Y PROYECTOS, Y VOY A DAR LO QUE QUEDE DE MI PARA CUMPLIRLOS.

Armando nota el pincel en su bolsillo y lo usa como una espada para mantener a raya a la figura de túnica, mientras mira de reojo al otro hombre, por si intenta algo. El hombre le hace una señal de que no va a interferir. La figura de túnica retrocede en posición defensiva, mientras mira a Armando a los ojos, quien no afloja su mirada, y suelta sus ultimas palabras.

-Entonces, mas vale que los cumplas, porque no hay una segunda vez.

La figura le da la espalda a Armando, atraviesa la puerta y esta se cierra detrás. Armando queda confundido mirando la puerta. El hombre le toca el hombro. Todo a su alrededor se desvanece en una ceguera totalmente blanca y oye las ultimas palabras del hombre.

-Siempre voy a estar cuidando tus sueños, como los de todos.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 12



El hombre sujeta a Armando por un brazo. La figura de túnica se le acerca un poco más. Armando intenta forcejear, pero siente que la energía se le escapa por esa muñeca sujeta. El hombre vuelve a dirigirse a Armando.

-¿Por qué te negas tanto? Venís preparándote para esto. ¿Que propósito tiene seguir allá?
-No. Soy demasiado joven. Me queda mucho por vivir.
-La que me faltaba. El tiempo. Como si tuvieran un mínimo que vivir… humanos.

La figura se acerca más a Armando, hasta estar cara a cara, o algo parecido, ya que a esta no se le nota el rostro bajo la capucha de la túnica. Aunque al llegar hasta este punto, se saca la capucha, y el esquelético rostro mira a Armando a los ojos desde esos orificios oculares vacíos. En lugar de terror, Armando ve el vacío negro, pero encuentra en esa “no mirada” algo peor. Sin modificar ese rostro, sin gesticular ninguna expresión, la figura tiene un aire de decepción melancólica. Una tristeza terrible invade a Armando que se deja caer al suelo rendido, rompiendo en llanto. La figura intenta consolarlo apoyando su esquelética mano en el hombro del arrodillado.

-Malditas pastillas. INSOMNIO DE MIERDA.

La figura retira su mano del hombro de Armando y suelta unas palabras que parecen no salir de su boca, como una voz en off muy profunda que se escucha en todo el plano y en el interior de Armando.

-No vine por las pastillas, ni por el cansancio. Vine por tu voluntad, la que no te queda. Años viviendo una vida inconforme, sin una luz, sin un valor. Tenías un objetivo, tan valioso como el de cualquier otro. Y un camino, tan desafiante como el de cualquiera. Y lo perdiste todo. Te perdiste en los obstáculos. Perdiste el objetivo y caminas sin rumbo un camino sin sentido. Nada mas te vale que vivir por vivir. Un circulo vicioso que ni siquiera se alimenta a si mismo. Por eso estas acá. Porque te termino de consumir. ¿Qué más te queda para dar?

-Pero… tengo un trabajo…
-Que detestas.
-Una familia…
-Que hace años no ves por haber preferido escapar antes que hacerte valer.
-Una profesión…
-Que ya no disfrutas. No me mientas. No te mientas. Lo único que tenes son cuentas por pagar y un cuerpo que alimentar, nada mas.

Armando baja la cabeza, ya no tiene argumentos para discutir. La figura le toma la mano, lo ayuda a levantarse y lo dirige a la puerta. Armando la sigue lentamente y sin resistencia.

martes, 21 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 11



Armando se encuentra inmóvil frente al hombre que salio del cuadro. Este lo analiza de pies a cabeza, con una expresión de decepción. El hombre se mueve alrededor de Armando, sin dejar de observarlo, como un crítico a una obra de arte. Hace ademanes de negación, muecas de reprobación y revolea los ojos. Armando lo sigue con la mirada. El hombre se detiene un segundo, a espaldas de Armando, se toma el rostro a la altura de la boca, y por primera vez, se expresa con palabras.

-Una verdadera lastima.
-¿Qué?
-Que se desperdicie un ejemplar así. Pero bueno, cuando la mercancía ya se hecho a perder…
-¿Qué se hecho a perder? ¿Tengo algo en el cuerpo?

Armando comienza a inspeccionarse desesperado, minuciosamente.

-Querido, acá el cuerpo vale menos que el pueblo en una decisión política. Lo que esta perdido es tu alma.
-¿Qué? ¿Por qué? No hice pacto con ningún demonio y no le hago mal a nadie.
-Querido, querido, querido… Humanos, nunca entienden nada… toman todo tan literalmente… A veces creo que tendrían que nacer con las instrucciones pegadas al cordón umbilical…

El hombre suelta un pequeño suspiro…

-Vení, aunque tarde, ya vas a entender.

El hombre pasa delante de Armando y sigue caminando. Armando, sin más, lo sigue. Pasos mas adelante, aparece una especie de sombra negra en el aire y se extiende hasta el suelo, donde aparece una puerta. El hombre llama a la puerta y aguarda. La puerta se abre, y de la oscuridad sale una figura oculta en una túnica y arrastrando una guadaña en una mano. Armando retrocede instintivamente por el terror que la figura le causa. Conciente e inconscientemente sabe lo que representa esa figura. Su significado esta implantado en el conciente colectivo del mundo. 

viernes, 17 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 10



Armando esta frente a la pintura inconclusa que se le apareció. En ella hay apenas la expresión triste de un rostro indefinido. Armando la mira detenidamente. Luego busca algo en el suelo. Encuentra, en el mismo lugar donde lo dejo hacer, el pincel con el que reformulo su reflejo. Lo toma y se acerca al cuadro. Acerca el pincel al lienzo y este comienza a tomar colar casi mágicamente en el lugar de contacto. Armando comienza a completar la obra cuidadosamente. Se toma su tiempo. Lo disfruta, y se nota en la expresión de su rostro. Su cuerpo se mueve libre, sin tensiones. Armando termina el cuadro, agitado, contento y radiante. Ya no hay en él ningún efecto del insomnio. Parece lucido como si hubiera dormido años seguidos de siestas reparadoras. En el cuadro, el rostro es el mismo que vio antes de caer desmayado al suelo luego de tomarse el coctel de pastillas para dormir. El hombre le sonríe, extiende sus manos a través del cuadro y sale con esfuerzo de este. De aspecto hippie, descuidado. Sin tunica ni guadaña.

jueves, 16 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 9



Armando intenta posar su mano en la imagen de Susana. La acerca lentamente. La mira a los ojos. Duda y retrocede. La imagen de Susana se deforma ligeramente y toma un ápice de tenebrosidad. Armando al notar esto, retrocede un poco más. A medida que él retrocede, la imagen se vuelve cada vez más grande, deforme y grotesca. A medida que esto sucede, Armando se acobarda y retrocede más. Se convierte en un círculo vicioso. Hasta que Armando nota que la imagen reacciona ante su retroceso. Se queda inmóvil y pensativo un segundo. Aspira profundamente e infla su pecho. Endereza su posición y empieza a acercarse a la imagen. Sus primeros pasos son cortos y temerosos. Su mirada todavía expresa cierto miedo. A medida que avanza, sus pasos se vuelven firmes, junto con su postura y la imagen va volviendo a la forma original de Susana. Armando se detiene al estar frente a frente a la imagen. No sabe como seguir. No se imagina cual es el siguiente paso. La imagen de Susana vacila entre la original y una apenas más deforme que va cambiando con su propia respiración. Se vuelve apenas grotesca cuando inhala, y vuelve a sus proporciones originales cuando exhala el aire. Armando se aleja apenas, como tomando carrera sin levantar los pies, y con los brazos atravesando el reflejo, abraza la imagen de Susana con fuerza. Esta se funde en forma de una luz brillante entre los brazos de Armando e ilumina cegadoramente todo el lugar. Armando se refriega los ojos y se encuentra frente a un atril con una pintura sin acabar.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 8



Armando llega hasta el horizonte. Esta fascinado. Duda un momento, mira atónito la gruesa línea del horizonte que varia frente a el, formando un nuevo grafico con cada pitido. Acerca la mano para tocarla, sus palpitaciones aceleran, y con ellas los pitidos y gráficos del horizonte. Intenta tocar el horizonte, o la pared que simula haber. Una especie de vidrio, de cristal invisible se lo impide. Apoya la palma de su mano en el. No pasa nada. Acerca su cara e intenta ver a través de el. Nada. Los gráficos del horizonte desaparecieron con la aparición del vidrio. Los pitidos también. Se aleja un poco. Una figura, una especie de sombra deforme, aparece frente a el. Se acerca para verla con más claridad. La figura se hace más difusa. Armando se aleja más que antes. Por un momento vislumbra la figura de Susana. Luego la misma figura indefinida de antes vuelve a aparecer. Se aleja mas hasta que la figura se define como una versión extraña de el. Como el reflejo deforme de un espejo extraño de una “casa de los espejos”. Es una versión más baja, más flaca, afeada, de ropas gastadas. De movimientos y expresiones temerosas e inseguras. Tímido, casi sin actitud. Tiene los bolsillos del pantalón repletos de pinceles desprolijos y sucios. Intenta esquivar su reflejo para ver detrás, para volver a ver la figura de Susana. Su reflejo se lo impide. Armando se acerca, y el reflejo a él. Intenta correrlo con sus manos. Ella puede tener la respuesta para salir de ahí. Eso se dice a si mismo. Esa no es la razón por la que pelea con su reflejo. El cual le sigue impidiendo ver más allá. Armando, nota un pincel del bolsillo del reflejo sobresaliendo del vidrio. Intenta tocar su reflejo desde ahí y correrlo desde ese punto. Solo logra sacar el pincel del reflejo. Intenta golpear al reflejo con el reverso del pincel. No surte ningún efecto. Armando, casi resignado, mira el pincel en su mano. Nota algo en la punta manchada. No es pintura. Es algo más. Como una parte de él. Sabe bien que es. Pero no lo cree. Acerca la punta del pincel a su reflejo y lo apoya en la nariz, que al contacto con el pincel, pasa de ser una nariz exageradamente aguileña a lo que es la nariz de Armando en realidad. Armando no lo puede creer. Eso que vio en la punta del pincel era, efectivamente, su nariz. Vuelve a mirar el pincel. Ve algo más. Vuelva a apoyar el pincel en el reflejo y comienza a desfigurarlo de pies a cabeza, hasta dejarlo como un reflejo perfecto de él, y mas luminoso. Armando deja caer su pincel. Mueve su mano para tocar su reflejo. Este lo imita cual espejo. Al tocarse, el vidrio se funde con él, como un líquido absorbido por la mano de Armando. La imagen nítida de Susana aparece frente a él.

martes, 14 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 7



Armando, desconcertado, cansado y mareado, despierta en el suelo. Se reincorpora lentamente y al ponerse de pie se da cuenta de lo extraño de su entorno. Se encuentra en el medio, por así decirlo, de un plano totalmente blanco. Apenas puede diferenciar el piso de lo demás por la línea del horizonte. Pero no hay nada más, ninguna diferencia entresuelo y cielo, entre izquierda y derecha, o atrás y adelante, salvo por una pequeña edificación a lo lejos cerca del distante horizonte. Sin saber que hacer, donde esta o como salir, se dirige al único lugar en el que considera puede llegar a encontrar alguna respuesta, ese pequeño edificio en el horizonte.

Luego de una larga e interminable caminata sin ningún paisaje, Armando llega a su objetivo, el único en todo el lugar. El edificio no es un edificio, sino el aula donde tuvo que tomar un examen sorpresa horas antes como represalia del comportamiento de sus alumnos. La única diferencia es que el aula esta recortada de su edificio original, como arrancada, o como si hubieran tirado todo el edificio alrededor del aula y barrido los escombros con obsesiva pulcritud. A medida que Armando se va acercando, la altura del edificio va creciendo como la torre de Babel. Cuando Armando ya se encuentra a la puerta del aula, sus paredes se extienden hasta parecer tocar el cielo inexistente de ese plano blanco. Armando acerca su mano al picaporte. El picaporte le sujeta la mano. La puerta se abre. El aula lo succiona, lo arroja a su silla frente al escritorio y la puerta se cierra bruscamente. Armando se recompone del susto y mira a su alrededor. Dentro del aula sus alumnos son gigantes, más violentos y amenazadores y se comportan como una jauría de bestias salvajes rabiosas y sedientas de sangre. Dirigen sus miradas ocultas bajo las sombras de sus cejas hacia Armando, dejando ver una pequeña luz roja fulminante en el lugar de sus ojos. A Armando comienza a invadirlo el miedo. El escritorio lo aprisiona contra el pizarrón a sus espaldas. La silla lo toma por las muñecas y lo fuerza a sentarse. Armando lucha por su libertad mientras las fieras se lo acechan cada vez más. A medida que se acercan a él pierden sus formas y se vuelven cada vez más grotescas. Mientras forcejea con la mesa y la silla, que lo retienen, esquiva los ataques y zarpasos de sus bestiales alumnos. Los rugidos aumentan, los ataques también. Armando desespera. Se quiebra.

- ¡BASTA! ¡ALEJENSE! ¡DEJENME!

Armando esta totalmente fuera de si. Los mira amenazante, apretando los dientes. Los alumnos retroceden lentamente, asustados como cachorros amenazados, hasta convertirse en sus figuras originales. La mesa se aleja de Armando y vuelve a su lugar. La silla le suelta las muñecas. El aula vuelve a sus dimensiones originales. Armando sostiene su mirada y la lleva desde un alumno a otro, sin vacilar en ningún momento. El aula se desvanece junto con sus alumnos, dejándolo nuevamente en medio del plano blanco. Armando se queda sin la respuesta que estaba buscando, pero con una que no buscaba. Un pequeño ruido rítmico le llama la atención. Busca el lugar de origen. Su mirada se queda en el horizonte, que simula ser un el grafico de un electrocardiograma midiendo en vivo. Con cada pitido que Armando oye, el horizonte dibuja una nueva figura en si mismo.

lunes, 13 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 6


Armando abre la puerta de su casa, devastado de cansancio. Deja caer su bolso sobre la mesa, llega hasta la llave eléctrica y enciende la luz. Se dirige a la heladera, asoma la cabeza y busca algún plato de sobras que necesite poco o nulo proceso para comerlo. No tiene ganas de cocinar. No tiene ganas de nada. Toma un plato de fideos con manteca y los lleva hasta el microondas. No más de 2 minutos de cocción, tampoco quiere esperar a comer. Mientras come los fideos recalentados, con un vaso de agua a mano, prepara en su PC, las clases para el día siguiente. 5 temas diferentes en 7 clases, en un solo día.

Horas más tarde, Armando da vueltas en su cama otra vez. Lleva poco mas de una hora intentando dormirse, pero con todo lo que le viene costando hacerlo hace unos días, es una hora más a la cuenta. La gota que rebalsa el vaso. Armando se destapa con un movimiento brusco, se levanta, toma el blister de pastillas sin pegarle una ojeada y se dirige al comedor, donde tiene su botiquín de productos farmacéuticos. Abre el pequeño armario y agarra todos los blisters de pastillas para el insomnio que viene probando hace días. Por separado no le funcionaron. Extrae una de cada una de las diferentes pastillas y las junta en su mano izquierda. Se dirige a la cocina y se sirve un vaso con agua. Mira dudoso el manojo de pastillas. Un reloj detrás suyo marca el cambio de hora, son las 3:00 AM, le quedan 3 horas de sueño con suerte. Aprieta con fuerza el manojo, cierra los ojos, abre la boca, se mete el manojo en la boca y de un gran trago vacía el vaso. Baja el vaso lentamente mientras las pastillas recorren su esófago. Mira el fondo del vaso vacío mientras un ardor le recorre el pecho hasta llegar al estomago. El vaso se nubla desde su centro y así todo a su vista hasta ver todo blanco. Antes de caer al suelo, Armando tiene una visión de un hombre, viejo, de barba, con tunica y guadaña. Luego, el piso lo recibe con un fuerte golpe. Armando ya no lo siente. No siente mas nada.

viernes, 10 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 5


Armando, parado junto a la puerta del aula, recibe las hojas del examen sorpresa mientras los alumnos van saliendo con expresiones de rencor reprimido. Al salir el último alumno, Armando vuelve a su escritorio a buscar sus cosas y guardar los exámenes en su bolso. Cuando sale por la puerta, choca torpemente con Susana. Armando la mira de pies a cabeza, quedando en su cara, rodeada de su pelo rubio ondeado, apenas mirándola a los ojos. Susana no pareciera ser del mismo ambiente que Armando. Lleva ropa elegante pero casual. Susana ni siquiera parece poder convivir en el mismo mundo que Amando. Ella, alegre y firme, destila vida y simpatía. El solo destila sueño y cansancio. Y encima, al verla, Armando comienza a destilar nervios.

- Armando, ¿Cómo estas?
- Bien, bien… ¿Vos?
- Bien. ¿Seguro estas bien vos? Te noto medio decaído.
- No. No es nada. Un poco de sueño nada más. Me tengo que ir a la próxima clase.
- Bueno, dale. Yo también. Cuídate ¿Si?

Armando intenta escapar de la cercanía de Susana, ella intenta entrar al aula que Armando acaba de vaciar. Varias veces uno entorpece el objetivo del otro. Parecen, por unos segundos, bailar una danza torpe. Finalmente, él la deja pasar y se va sin saludarla, sin voltearse, sin darse vuelta una vez más para retener su figura en su memoria.

jueves, 9 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 4


En un aula a oscuras, salvo por la luz de un televisor, Armando esta acomodado de espaldas a su escritorio, disfrutando del documental que emite el aparato. Detrás suyo, los alumnos de entre 20 y 30 años, dibujan en sus cuadernos, se duermen o charlan en voz baja.

Televisor:
“El surrealismo es un movimiento artístico surgido en 1920 a partir del dadaísmo…”

Mientras el televisor muestra una secuencia de imágenes de cuadros surrealistas, una goma de borrar vuela desde la mano de un alumno hasta la cabeza de otro, varias filas delante del primero. El segundo reacciona olvidándose de su entorno.

- ¿QUE HACES PELOTUDO?

Armando se da vuelta mientras pone pausa al documental con el control remoto, perdiendo la paz que le ofrecía el aparato catódico y volviendo a la irritabilidad de varios días sin dormir bien.

- Compórtense o se van del aula.

El alumno que, aburrido, revoleo la goma de borrar, le responde insolente.

- Ganas no me faltan, la clase es un embole.

El resto del aula lo apremia con una carcajada. Armando pierde la poca paciencia que le queda, apaga el televisor, se acerca a la puerta y enciende las luces.

- Ahora todos sacan una hoja y escriben todo lo que saben de surrealismo. Y el que quiera irse, me entrega una hoja con su nombre y le pongo el aplazo.

Armando sostiene su mirada ojerosa y furiosa entre los dos alumnos que empezaron los disturbios. Todos los demás les dan una ojeada de rencor mientras sacan hojas y lapiceras y comienzan a escribir bajo un silencio de muerte. Armando vuelve a su asiento, mirando casi con odio al televisor apagado.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 3


Armando, agitado, golpea fuertemente una puerta. Un portero eléctrico le abre. Armando abre la puerta lo mínimo y necesario para pasar y entra corriendo. Luego de pasar por dos edificios y dos pasillos que los separan entre si, llega al tercer edificio, dobla a su derecha y sube las escaleras de dos en dos. Al llegar al segundo piso, dobla a su izquierda. Se detiene antes de llegar a la primer puerta. Toma aire e intenta bajar sus pulsaciones. Abre la puerta. Los alumnos adolescentes del aula están alborotados, aprovechando el tiempo libre de profesor. Arrojándose papeles unos a otros. Otros jugando al truco o al chinchon. Algunos están parados sobre las mesas. Otros sentados. Armando entra, deja su bolso sobre su escritorio, toma el borrador y limpia el pizarrón de obras escatológicas, fálicas e insultos. Armando, sin darse vuelta y comenzando a dibujar un esquema de perspectiva con 2 puntos de fuga, le habla a su clase.

- Disculpen la tardanza chicos.

Los alumnos lo ignoran, como si nunca hubiera entrado al aula y siguen con sus actividades particulares.

- Siéntense que ya empezamos.

Algunos alumnos se ubican en sus lugares.

- Hoy vamos a ver puntos de fuga. Los puntos de fuga son un sistema de proyección. Un ejemplo básico es cuando vemos las vías del tren juntándose en la distancia.

Armando se da vuelta para dar la clase. Salvo por algunos alumnos, ninguno le hizo caso y siguen en su mundo.

martes, 7 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 2


Armando viaja parado en el colectivo, sosteniéndose del caño que pasa por encima de su cabeza. Su mirada esta perdida más allá de la realidad. Más allá de la imaginación. No esta en ningún lado. Esta más allá del insomnio. Unas largas ojeras decoran su rostro. Su cuerpo apenas soporta su propio peso. No logra enderezarse. Tanto por el cansancio mental, como por el corporal. En su otra mano, su bolso, aunque liviano, le hace contrapeso pareciendo que lo atrae con gravedad hacia el suelo. Varias veces parece entrar en transe. Varias veces parece despertar bruscamente por los movimientos igualmente bruscos del vehiculo. En su último despertar, desespera al ver más allá de la ventana. Volvió a pasarse de parada. Esta vez no son tantas cuadras. Corre desesperado a la puerta. Y mas desesperado aun, toca el timbre. Un semáforo rojo lo salva de sumarse otra cuadra mas en su contra y el colectivero le abre las puertas. Armando baja casi tropezándose consigo mismo y corre con todas sus fuerzas (que apenan le quedan) en dirección contraria al recorrido del colectivo, mientras va insultándose por lo bajo.

lunes, 6 de agosto de 2012

Mas Allá El Insomnio - Capitulo 1


En una pequeña habitación de un departamento de 2 ambientes, Armando duerme, o intenta hacerlo desde que se acostó. Como lo intenta cada noche, desde hace varios días. Armando da vueltas en su cama, mientras la luz del sol asoma por los orificios de la ventana, iluminándolo desde su pelo corto revuelto hasta sus pies desnudos fuera de las sabanas. Su cuerpo delgado y largo se retuerce tratando de reconciliar ese sueño esquivo que lo tortura desde hace días. Tapa y destapa con las sabanas sus ojos enrojecidos. El inoportuno despertador le marca que son las 6:00 AM. El brazo de Armando serpentea por al lado del vaso de agua y el blister de pastillas para dormir que nunca surtieron efecto. Otra marca que le mintió. Apaga ese despertador que lo irrita mas de lo que ya esta. Se levanta sin fuerzas de la cama, y arrastra su cuerpo hasta la bañera, pasando por junto a su PC. Abre la ducha y vuelve refunfuñando bajo a su cuarto, ya que olvido su ropa. Pasa junto a un viejo atril de pintura con un cuadro, ambos tapados por una tela que demuestra que lleva un largo tiempo así. Armando toma del placard, una camisa, un pantalón, y su ropa interior. El cuadro de Dalí que decora la cabecera de su cama lo mira de reojo al pasar. Vuelve al baño arrastrando los pies, barriendo el camino con sus pantuflas. Se mete en la ducha y trata de limpiarse el insomnio.

jueves, 2 de agosto de 2012

Cartas Sin Destino


Durante una expedición a las ruinas de una corte de la edad media, se hallaron las siguientes cartas. Se cree que nunca fueron entregadas a sus destinatarios. A continuación, la trascripción aproximada:

1ra Carta:

A mí querida madre Helena:

Lo siento madre, me voy. No se si es un lugar mejor. No puedo vivir más aquí. Un amigo me acompaña. Probablemente no vuelvas a verme. Lo siento madre. Me llevo todo lo que tengo y necesito.

¿Qué dirías si te dijera, que conocí una pareja, que se amaban como nadie, que su amistad era incomparable? ¿Qué dirías si te dijera, que lucharon el uno por el otro, contra toda adversidad? ¿Qué conocieron un amor trascendental? ¿Qué uno era el otro, que uno era parte del otro? ¿Qué dirías si te dijera que solo necesitaban la sonrisa y el abrazo del otro para sobrevivir cada día de su vida amenazada por las injurias? Ahora, ¿Qué dirías si te dijera que eran 2 hombres?

Te quiere, tu hijo Iván.

2da Carta:

Mí amada Leonor:

Lo siento querida. Lo que hago no es ilegal. Lo que hago está prohibido. No lo hago por rebelión. No lo hago por osadía. Lo hago porque lo siento. Lo hago porque me hace bien. Lo siento querida. Nunca quise ocultarte nada. Nunca quise engañarte. No llores. No te preocupes. No hagas caso a lo que digan. No hagas caso a las noticias. Solo quise ser feliz. Solo quise ser entendido. Ya no voy a ocultarme. Ya no voy a callarlo. Me voy. Te dejo. No sé si a un lugar mejor. No es que no te quiera. No quiero vivir oculto. Prefiero morir feliz. Con él.

3ra Carta:

Sammuel, mi amigo adorado:

Perdóname. No quise lastimarte. No sabía lo que hacía. Perdóname. Es que es todo tan confuso. Es que todos me señalaban. Pero hoy lo supe. Oí los rumores. Que venían por ti. Y lo supe. Mi corazón sufrió por ti. Supe que mi lugar estaba a tu lado. Ahora más que nunca. Juntos hasta el final.

Te ama, Johannes.

4ta Carta:

Mi respetado y amigo Luis:

No es que lo haya querido. No es mi culpa. Pero estuviste siempre a mi lado. En las buenas y en las malas. Y sucedió. Y no supe expresarlo. Y no quise perderte. Pero me conocías. Y supiste como era yo. Y seguiste a mi lado. Pero no supiste cuanto te quería. Y tuve que frecuentar otras pasiones. Pero al final estabas tú. Dándome cariño y dolor. Porque no podía expresarte mi sentir. Porque tengo miedo aun ahora. De que me odies. Por confundir tú amistad. Pero lo que me pasa no lo elegí. Y sé que hoy vendrán por mí. Y no quiero irme con este nudo en la garganta. Y espero que lo entiendas. Y me perdones si no lo aceptas. Pero te amo amigo.

Sinceramente, Petrus.

5ta Carta:

Eusebio querido:

¿Estas consciente? seremos perseguidos y maltratados. Seremos señalados. ¿Entiendes a lo que nos arriesgamos? seremos felices tras los paredones y rejas. Estaremos ocultos en la luz. Y cuando nos encuentren... cuando nos encuentren, nos separaran. Sufriremos la ausencia del otro, más aun que la muerte. Seremos expuestos, como rarezas de circo, como idiotas, como locos. Incluso como infames pecadores. Nos miraran con asco. Nos miraran de lejos, por miedo a contagiarse. Como si el amor fuera una enfermedad. Y temo, por ti y por mí. Temo que nos quieran analizar. No como a un arte, sino como a unas bestias salvajes recién descubiertas. ¿Estas dispuesto a amarme, aun con todos estos peligros rodeándonos? si puedo tenerte, aunque sea un segundo, no me importa pasar después la eternidad junto a hades.

Tu amado Guillermo.

6ta Carta:

Al que llegue a leer esta carta:

No voy a pedir perdón. ¿Pues acaso está mal intentar ser feliz? ¿A quién hice mal yo? todo lo que quise fue amar y ser amado. No hice nada más. No hice nada menos. Nadie salió lastimado. Excepto yo. Y hoy me llevan por mi felicidad. Y mañana me juzgaran por ser feliz. Y me condenaran también. ¿Es mi culpa que este aquí conmigo? ¿O es que su amor es tan grade como el mío? no me importa si me aceptan. No hay infierno que arda más que nuestro amor. Y no hay cielo si él no está a mi lado.

Anónimo.

Se cree, por el carácter y cuidado de las cartas, que los remitentes fueron acusados y juzgados por el o los mensajeros contratados para entregarlas.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Pureza


Una vez tuve un sueño. Un sueño en el que tenia una vida. Y en ese sueño me dormía. Soñaba que soñaba. Y en el sueño dentro del sueño, soñé que me encontraba frente a un lago, hermoso, del agua mas clara y pura que se pudiera imaginar. Una voz me desafiaba a sumergirme en la cristalina superficie. Otra voz me advertía de ser prudente. La luz que emanaba del agua me hipnotizaba. Hice caso a la segunda voz e inspeccione el paisaje. Era un sueño, así que todo se revelaba ante la mirada y la inspección, y no antes. Alrededor del lago, a medida que incursionaba, me encontraba con una cordillera de bellas montañas, que pasaban por todos los climas, desde el otoño al verano. Me encontré con un árbol a mi lado, que parecía tener mas años que las montañas y el lago mismo, pero resistía como si hubiera nacido hace poco mas que yo. El lago estaba envuelto por una pradera de la más viva hierba, que terminaba en arena blanquecina en su orilla. El cielo estaba despejado y, aunque no se lo veía al sol por ningún lado, la luz parecía venida del mediodía. Ya no había más que ver. Me volví hacia el lago. Una voz en el viento susurro a mi oído “¿Qué tan puro te crees?”. Espere por un segundo susurro. Nada. Busque la respuesta en mi interior. No sabía bien como encontrarla. Encontré, o me encontraron, varios recuerdos de acciones de las que no estaba orgulloso. Otro susurro voló en el viento. “¿Te arrepientes?”. “Si” dije sin siquiera pensarlo. Y me arroje al lago. Debí haber pensado mejor la respuesta. Debí haberme arrepentido de muchas cosas. Pero no era así. No estaba arrepentido del todo. Aun no lo estoy. Me arrepiento de no poder salir de este lago. No merezco la pureza de su agua y no puedo volver a vivir en ese sueño que no era un sueño pero hoy lo parece. Y la pureza del agua no me deja morir. Estoy encerrado en este limbo, condenado a recordar mi vida como si fuera un sueño.